Diálogo con Raquel Bernal, la primera mujer en convertirse en rectora de Los Andes. La antecedieron 23 hombres en el cargo.
En su oficina, Raquel Bernal, la nueva rectora de la Universidad de los Andes, tiene las fotos de los 23 rectores hombres que la han antecedido. Su foto, la número 24, será la primera de una mujer en esa pared.
En entrevista, Bernal habló sobre lo que esto significa ese logro y sobre los retos que tendrá al frente de este cargo.
¿Qué significa asumir este cargo en este momento en el que estamos saliendo de una pandemia?
“La pandemia digamos, nos exacerba algunas cosas, pero nos favorece en otras, pero los temas más estructurales, los retos de la educación superior realmente vienen de hace algunos años y lo que hace la pandemia, que creo en ese sentido es favorable, es que nos impulsa a movernos más rápido, porque las universidades somos muy tradicionales, muy conservadoras, muy temerosas del cambio, entonces la pandemia creo que nos dio un empujón muy importante de lo que nos va tocar hacer en los próximos años”.
¿Con qué objetivo llega a la rectoría de los Andes?
“Llego con ese mandato de pensar cómo va a ser el modelo de la educación superior en la próxima década. Los retos son múltiples. Yo los defino en 5 puntos: el reto demográfico, que las familias tienen menos hijos; el reto de la innovación tecnológica, que implica varias cosas, la primera es que las ocupaciones se vuelven obsoletas muy pronto, la automatización va a desaparecer el 50 por ciento de las ocupaciones que hoy conocemos y eso tiene un implicancia sobre lo que nosotros enseñamos, cuándo lo enseñamos y qué tan rápido nos toca cambiar la oferta educativa para estar a la par con esa velocidad de la tecnología.
La tercera es la financiación, sobre todo en el contexto colombiano. El cuarto, que sabemos por las neurociencias que el estudiante aprende mejor con ciertos modelos de aprendizaje que son más activos y menos pasivos. Y lo último, que las generaciones más nuevas son muy distintas y toca entender ese nuevo estudiante que tenemos para poder atenderlo bien y poder responder a la expectativas de esos mercados laborales y de esos jóvenes y de un estudiante mucho más diverso que vamos a tener”.
Uno de los factores más delicados en la educación es la desigualdad. La universidad y el gobierno venían haciendo esfuerzos para cambiar eso ¿La pandemia significó un retroceso?
“En la universidad, desde que tenemos programas estatales como ‘Ser Pilo Paga’ y ‘Generación E’ hemos logrado una diversificación, una inclusión muy significativa, muy importante además para la universidad en ambas direcciones. En las primeras cohortes de ‘Ser Pilo Paga’ llegamos a tener un 30 por ciento de estudiantes del programa. Nosotros típicamente lográbamos incorporar un 7 u 8 por ciento de estudiantes becados con recursos propios de la universidad, pero ya 30 por ciento, era otra cara de universidad.
Eso se ha venido afectando porque el alcance de esos programas estatales ha venido decreciendo de manera significativa, ahora el número de estudiantes que recibimos de esos programas es inferior al que recibíamos en el 2016 y 2017”.
Pero, si le comprendo bien, esa reducción ya se venía dando desde antes de la pandemia. ¿Por qué?
“La financiación de la educación superior es siempre el reto para la inclusión y la diversidad en la educación superior de alta calidad, entonces esos programas estatales van como decreciendo. Está ese debate, el debate de cómo financiar la educación superior, si financiar la universidad privada versus la pública. En mi opinión el debate es acerca de la financiación de educación de alta calidad versus menor calidad, no importa si es pública o privada”.
Usted es la primera mujer rectora de Los Andes, ¿qué significa para usted en lo personal, pero también para la comunidad educativa?
“Para mí es un gran honor ser esa primera mujer rectora de esta universidad. Como profesora de jóvenes me parece que esto es un símbolo de que hay esperanza, de que esto es posible.
Me encanta la idea de poder inspirar y generar un cambio de aspiración y de expectativa en mis estudiantes pero también en las jóvenes de mi país de que hay esperanza de que esos techos se pueden romper, de que la meritocracia de alguna manera también gana en esto y es un mensaje muy poderoso para un país como bien decías tú desigual, todavía con tanta desigualdad entre hombres y mujeres, entre grupos de diferentes situaciones económicas y sociales y creo que partiendo de esta universidad si es un mensaje muy poderoso de inclusión y de la capacidad del poder que tiene la educación para lograr esos cambios tan significativos en una sociedad”.
Es un techo que usted está ayudando a romper.
“Sí, claro, por supuesto. En adición al hecho de ser mujer, realmente me parece muy significativo el cambio, la movilidad social que permite la educación.
Mi madre era maestra rural en Huila, por ejemplo. Mi madre no fue a la universidad y yo hoy lidero esta universidad en Colombia. Entonces realmente eso solo lo logró la educación. Esa fuerza poderosa que es la educación y eso me parece tan significativo, realmente un mensaje muy poderoso para este país”.
Fuente: www.elcolombiano.com