Con el objetivo de aumentar la productividad, Suecia puso en marcha un experimento que redujo de ocho a seis horas diarias la jornada laboral y sin reducción de salario.
Los resultados fueron muy positivos: mayor productividad y menores bajas por enfermedad o depresión.
Así pues, en febrero de este año, una residencia de ancianos de la ciudad de Gotemburgo puso en marcha este ensayo y redujo los horarios de sus 86 trabajadores.
El experimento duró ocho meses y los resultados han sido todo un éxito según los propios empleados.
«Solía estar agotada todo el tiempo. Ahora estoy mucho más alerta y tengo más energía en el trabajo y en mi vida familiar», afirma Lise-Lotte Petterson, una enfermera de 41 años.
Según Pettersson, el cuidado de personas mayores, algunos de los cuales tienen demencia, exige una vigilancia y creatividad constante, y con una jornada de seis horas se puede mejorar considerablemente la atención a los pacientes.
Por su parte, Ann Charlotte Dahlbom Larsson, directora de la residencia, coincide en que la reducción ha sido un gran éxito pese a que han tenido que contratar a más personas para cubrir los turnos.
«El bienestar del personal y la atención a los ancianos ha mejorado notablemente», señala al diario británico ‘The Guardian’.
Comprobados los beneficios tanto para el empleado como para el empleador, otros centros ya han empezado a copiar el experimento de la residencia de ancianos, como el departamento de cirugía ortopédica del hospital Sahlgrenska (Gotemburgo) y otros dos departamentos del hospital de Umea.
«Desde los noventas hemos tenido cada vez más trabajo y menos personal. No podemos hacer esto más. Hay un montón de enfermedades y depresiones entre la plantilla en el sector sanitario debido al agotamiento», indican.
Ya anteriormente hospitales universitarios y otras áreas del rubro salud pública en Suecia habían experimentado los mismos beneficios al reducir sus jornadas laborales.
Incluso, hace 13 años, la fábria de Toyota en Gotemburgo aplicó la reducción de la jornada laboral a seis horas sin recortes en el salario y obtuvo excelentes resultados.
«Los clientes no estaban contentos con los largos tiempos de espera y el personal se estresaba y cometía errores. Ahora el uso de la maquinaría es más eficiente con lo que los costes en capital descienden. Todo el mundo está contento y además hemos logrado aumentar un 25% los beneficios», explica el director gerente de la planta Martin Banck.