Se ha demostrado que el daño causado a la ínsula cerebral, encargada de la empatía de los niños es producida por los grandes efectos colaterales que tiene la cantidad de dopamina surgida por el placer que tiene estar frente a una pantalla.
Por Edwin Ardila Parra – Psicólogo Familiar
Iniciaré dando un recuento sobre la importancia de establecer vínculos de apego seguros, los cuales vamos a generar a través de la cercanía parental, antes y después de su nacimiento, es crucial brindar protección y seguridad a nuestros hijos, por medio del cuidado, el colegio, una alimentación consciente, educación y por supuesto crear espacios de recreación.
De este modo nuestros hijos serán capaces de establecer un equilibrio emocional y cognitivo para la resolución de sus conflictos.
Así mismo es importante no solo crear cercanía si no también hábitos que guíen a nuestros hijos a desarrollar herramientas oportunas para diluir sus dificultades, y esto se lograra si su mente y cuerpo están saludables.
Los hábitos saludables se desarrollan a partir de las pautas de crianza que empecemos a tener con nuestros hijos, entiendo una pauta como aquella conducta que se repite constantemente.
Según Maccoby (1980), “la socialización puede definirse como el proceso a través del cual el niño adquiere hábitos, valores, metas y los conocimientos que lo han de capacitar para desempeñar-se satisfactoriamente cuando se convierta en un miembro adulto de la sociedad” citado por (Agudelo A.)
Por lo tanto es importante el rol paterno hablándolo desde el sistema familiar del niño o niña, ya que va ser este la relación primaria en tener influencia en el buen desarrollo de los niños.
Los hábitos que se lleguen a difundir a nuestros hijos, pueden ser muchos, esto depende de los factores socioculturales, por ejemplo algunos de los hábitos de un niño que vive en el campo puede ser el cuidado del medio ambiente, el auto cultivo, salir a nadar semanalmente a un rio.
A diferencia de un niño de la ciudad el cual no va tener posiblemente interés por crear herramientas de auto-cultivo o en vez de ir los fines de semana a nadar o practicar un deporte va querer ir a un centro comercial, a un parque de diversiones o ir al cine, sea con los padres o con sus amigos de barrio.
Adicionalmente podemos encontrar algo en común en los dos niños y es que van a estar expuestos al desarrollo tecnológico, ya que este ha logrado llegar a la gran mayoría de rincones de nuestro país, alguna persona va tener la oportunidad de adquirir un objeto de este tipo, lo que va hacer experimentar a las personas que no tienen la oportunidad de disfrutarlo la necesidad de conocerlo y disfrutar de él.
Por tal motivo es importante crear hábitos que ayuden a nuestros hijos a desarrollar tolerancia a la frustración y que estas actividades al realizarlas creen en los niños la capacidad de discernir el grado de importancia de lo que viven, observan y creen desear.
¿Pero qué ocurre cuando se tiene la oportunidad de adquirir objetos tecnológicos? Los niños del siglo 21 han tenido la oportunidad de estar mucho más cerca a los cambios tecnológicos, ya que diariamente los grandes mercados a través de los medios de comunicación están publicitando nuevos juguetes, celulares, televisores, videojuegos, etc. los cuales generan la necesidad de adquirirlos, en su cumpleaños o para navidad, y muchos de los padres satisfacen dichas necesidades.
Posteriormente a la fecha especial se empiezan a oír frases como “no sé qué hacer, mi hijo no se quiere despegar de esa pantalla” “ahora no se le puede decir que entregue ese aparato por que se irrita y se vuelve agresivo.” “No sé qué pasa pero ahora mi hijo no ayuda en nada en el hogar, solo quiere estar pegado a esa pantalla.” “Vio que estaba necesitando su ayuda y no fue capaz de mover un solo dedo por ayudarme.” “ahora tiene bajo rendimiento escolar” “dale el celular para que se distraiga y no me moleste”
¿Pero a qué se deben dichos cambios?
Los videojuegos, celulares, televisores que les obsequiamos a nuestros hijos en las fechas especiales pueden estar jugando un papel importantes en los cambios de los niños, ya que estos tienen unos efectos secundarios a la diversión.
Las pantallas en nuestros hijos funcionan como un estimulador de nuestras emociones causando placer y deseo por continuar usándolas, llegando a causar irritación, rabia, odio, agresividad, y baja preocupación por otras tareas que le corresponden como sus actividades escolares, cuando se dirige la instrucción de apagar la pantalla.
Un estudio demuestra que en el meta análisis de Cummings y Vandewater (2007), “ha encontrado que los niños y adolescentes que son asiduos usuarios de videojuegos leen en promedio un 30% menos que los niños que no los utilizan. También han indicado que el 34% dedica menos tiempo a hacer sus deberes escolares al compararlos con niños y adolescentes que no juegan videojuegos.” Citado por (Jiménez J. & Chacon Y. 2012)
Así mismo por medio de una encuesta realizada a 8215 adolescentes se encontró que los que usaban más los computadores o teléfonos inteligentes tenían un 50% más de probabilidades de tener conductas de riesgo (e.g., uso de drogas, sexo sin protección, sedentarismo). (Jiménez J. & Chacon Y. 2012)
Lo anterior son posibles consecuencias que los niños pueden llegar a vivir si no se tiene un adecuado manejo de las pantallas que se obsequian, este manejo inadecuado puede surgir de los hábitos que los niños/a y adolescentes construyen en su diario vivir; y como la relación parental contribuye en dichos hábitos.
Esta relación mencionada tiene influencia debido a la creencia de ser padres cool donde no podemos permitir que nuestros hijos no tengan un aparato tecnológico, si sus amigos lo tienen, no puedo ser el padre que este fuera de base y no busque la manera de que nuestra hija/o estén a la moda, en palabras más simples son el tipo de padres que son fácilmente influenciados por el contexto social, y que solo desean ser admirados por su benevolencia que aparentan con el subsistema fraterno.
Por lo anterior los niños/a y adolescentes conocen de una manera precisa a sus padres y logran entender la manera de envolverlos y de chantajearlos para conseguir lo que desean, sea por medio del llanto, las caras tristes, porque su mejor amigo tiene la última consola de video juego o tiene el ultimo celular, llegan a ser tan astutos que hacen sentir culpables a los padres por que no han podido satisfacer sus deseos, con palabras como “tú no me quieres, nunca me das nada” “Papá tú me das el videojuego cierto y me porto bien en la escuela” “todos en la escuela tienen menos yo, es que a ellos si los quieren” “como Rosmeri que es más bebé tiene y yo no, que soy más grande”
Las palabras anteriormente descritas son algunas que los hijos de las familias colombianas tienen que enfrentar posteriormente a la visita de un amigo/a de sus hijos, llegando a generar padres permisivos y es acá donde se habla de las pautas de crianza permisivas, las cuales por no vivir minutos de estrés por parte de nuestros hijos se les satisface lo que deseen sin darnos cuenta del daño que les hacemos.
Por ejemplo se ha demostrado que el daño causado a la ínsula cerebral que es la encargada de la empatía de los niños es producida por los grandes efectos colaterales que tiene la cantidad de dopamina surgida por el placer que tiene estar frente a una pantalla.
Se dice que esta cantidad es la misma que produce la heroína en el cerebro, ahora bien nos hacemos una pregunta odiamos la droga pero ¿Por qué le permitimos a nuestros hijos a estar más de 3 horas pegados a una pantalla, si es igual de mala? Posiblemente lo mencionado se desarrolla debido al desconocimiento de información que seda, porque no se cuestiona lo novedoso, este no es sinónimo de bienestar o de salud, simplemente significa que es algo nuevo para tus ojos, por tal motivo lee las siguientes recomendaciones para que tú hijo en el futuro no tenga un desgaste cerebral que lo lleve a generar un tipo de adicción. Agresión y apatía a los sucesos de tensión que puede estar viviendo un familiar, amigo, pareja etc.
Recomendaciones para obsequiar una pantalla a tu hij@:
- Obsequiar tecnología de acuerdo a la edad de tú hij@, es decir, si tiene 3 años no es hora para una Tablet o celular.
- Observa la circunstancia y momento en que tú hijo@ te exige un regalo como una consola de videojuego. Si es por medio del llanto, mentiras y chantaje, no es hora de obsequiarla. Ya que al tenerla te puede hacer lo mismo, solo que ahora será para durar más tiempo usándola.
- Verifica el motivo del obsequio, si es por satisfacer un deseo que ni siquiera tú hijo anhela, si no que es dada por un momento de celos porque uno de sus amigos la tiene.
Si lo satisfaces por solo capricho de tú hijo, esta conducta se repetirá cada vez que no obtenga algo que otro si tiene, y conllevara inestabilidad emocional constante.
- Regula los tiempos de uso de la pantalla, sea por premio por los comportamientos asertivos en sus áreas de interacción, o por hábitos adquiridos, este debe ser máximo una hora.
- Busca crear hábitos saludables, por ejemplo que el uso de la computadora o celular sea para un uso de aprendizaje, no solamente para recreación.
Referencias
- Moncada Jiménez, José; Chacón Araya. 2012. El efecto de los videojuegos en variables sociales, psicológicas y fisiológicas en niños y adolescentes. Federación Española de Docentes de Educación Física Murcia, España.
- Rosa E. Agudelo R. Estilos educativos paternos aproximación a su conocimiento. Universidad Pedagógica Nacional.