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Perfil y características de los hombres maltratadores

Perfil y características de los hombres maltratadores


Cómo siente, piensa y se comporta el maltratador


Por Andrés Quinteros y Pablo Carbajosa

Es importante describir como son los hombres que ejercen violencia de género, puesto que presentan diferentes características que hacen difícil ver realmente cómo son y la violencia que ejercen y camuflan.

Perfil y características de los hombres maltratadores

Dividiremos esta descripción en 4 bloques, los dos primeros los presentaremos en este artículo y los dos siguientes en una próxima entrega: características comportamentales, cognitivos, emocionales e interaccionales que ya puedes leer aquí

Características de los hombres maltratadores: Aspectos comportamentales

Deseabilidad social: el hombre se muestra socialmente adaptado, moralmente virtuoso y emocionalmente ajustado, por ello se habla de su doble fachada que hace referencia a que la persona que ejerce violencia tiene una doble imagen, socialmente se presenta como tranquilo, amable, preocupado por su familia y generalmente inhibe y oculta su malestar.

Las personas con las que se relaciona tienen una imagen positiva de él (comprensivo, tolerante, razonable), pero paradójicamente dentro del entorno familiar muestra su cara violenta. Los agresores suelen decir:

“Nunca me peleo con nadie, en mi trabajo me quieren, nunca discuto, Sólo mi mujer, que me provoca hasta el cansancio, logra de vez en cuando hacerme enojar”


El hombre que agrede a su pareja se presentará ante el psicólogo, en el trabajo, etc., como una persona amable y preocupada por su familia y dando una imagen de ser él en realidad, la víctima.


Repetición de la violencia con otras parejas: este hombre ha maltratado a anteriores parejas y muy probablemente, lo hará en el futuro con las nuevas relaciones que establezca. Esta persona repite el mismo patrón de conducta.

Abuso de sustancias: si bien el consumo de sustancias es un rasgo característico en este tipo de personas, no se debe asociar directamente como causa del maltrato, en todo caso el alcohol u otro tipo de drogas pueden ser un precipitante del acto de agresión.

Por ello, es un error culpar al alcohol de la conducta violenta. Este punto es importante ya que algunos agresores suelen escudarse tras el alcohol:

“Es que ese día había bebido, ella me provocaba y provocaba, yo sólo quería dormir y me pudo. Si no hubiera bebido, me hubiera controlado”.

Control de impulsos vs impulsividad: En realidad son personas que en un momento pierden relativamente el dominio, es decir son violentos cuando observan que la situación de control que ejercen contra sus parejas comienza a no funcionarles.

Es que ella me seguía preguntando dónde había estado, yo le decía que parara, que me dejara en paz, pero ella seguía y seguía hasta que no pude más”.

Los agresores utilizan la violencia física cuando ven que fracasan sus mecanismos de dominación, en estas situaciones se encuentran desbordados y alterados, pero no se descontrolaran totalmente, ellos saben que agreden y lo hacen para no perder la supremacía de la relación.


Además no son personas violentas en cualquier lugar ni con cualquier persona, sino que el maltrato es dirigido exclusivamente contra sus parejas y agreden en lugares precisos donde nadie puede observarlos.


Por ejemplo, si alguno de estos hombres se molesta con su mujer en un ámbito público no va a agredirla allí mismo, -como lo haría una persona con escaso o nulo control de impulso que ante la más mínima frustración desencadena su ira-, sino que esperará hasta llegar a su casa y recién allí descargara la violencia.

Características de los hombres maltratadores: Aspectos cognitivos

Definiciones rígidas de los roles masculinos y femeninos: este rasgo es central para comprender el maltrato en la pareja. Los hombres que maltratan mantienen un pensamiento rígido sobre los roles que deben asumir el varón y la mujer. Son sexistas y discriminativos.

Minimización y justificación: las personas que maltratan minimizan su conducta agresiva considerando que lo que ha pasado es algo ínfimo y sin importancia.

El hombre minimiza la gravedad del maltrato ocasionado “sólo la empujé levemente, para separarme de ella y tropezó y se cayó, por eso se hizo daño en el brazo”.


También se minimizan la cantidad de hechos de violencia, (“sólo pasó una o dos veces”, “Fue sólo esa vez, nosotros siempre nos llevamos bien”).


Negación: este rasgo se relaciona con los dos anteriores, en este caso niega lo sucedido, como si fueran inventos de su mujer para perjudicarlo o rechaza toda posibilidad de que los hematomas que presenta su mujer fueran producto del maltrato, como cuando el hombre señala que lo que pasó es una confusión, el no agredió, la mujer se cayó y él sólo trató de evitarlo y fue cuando se golpeó el ojo, por ejemplo.

Externalización de la culpa, no se responsabilizan: esta característica está asociada a los tres rasgos anteriores, la persona que ejerce violencia, no se responsabiliza de su conducta, sino más bien, culpa a la mujer, es ella la que provoca o agrede.

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“Mi pareja es caprichosa, no es por hablar mal de ella, toma las decisiones por capricho…Ella se exaltó, yo me exalté, tuve una pérdida de control igual que ella. Ella empezó a amenazarme: te voy a meter preso…es como si me hubieran manipulado para que yo caiga y pise el palito, fui débil y me dejé llevar por mis impulsos.”.

La rumiación en el pensamiento: es un rasgo importante que está asociado a la inseguridad, los celos desmedidos y el aislamiento entre otros, porque la persona vive sus preocupaciones, desarrollando un monólogo interno en el que las dudas y los celos se tornan certezas en su fantasía.

Estas ideas se le van imponiendo lentamente y llevan a que el hombre se aísle y no hable con nadie.

Se torna más callado, serio y enojado a medida que aumenta la tensión, este mecanismo de pensamiento funciona como el combustible que retroalimenta la caldera.

Rigidez cognitiva: pensamiento dicotómico todo o nada: el sujeto cree que su idea es la correcta, piensa que todo se debe hacer como él dice, porque es la única forma correcta. Le resulta difícil reconocer que  puede estar equivocado.

Como señala un hombre “A ella le molesta que le hable y le haga entrar en razón, porque yo casi siempre tengo razón, y le explico….a mi me gustaría que ella viese las cosas como yo, para su bien”.

“Es que ella no sabe hacer nada  y encima se molesta cuando le digo lo que tiene que hacer, la debería dejar que se equivoque sola, pero bueno como la quiero, quiero enseñarle el camino correcto”.

Rigidez cognitiva: pensamiento dicotómico de ganar o perder: establece los conflictos a nivel de una pelea en que se gana o se pierde y no como una negociación.


Los conflictos son vividos como una lucha donde hay vencedores y vencidos.


Para ellos, negociar es convencer –por las buenas o por las malas- y lograr que el otro haga lo que él cree que se debe hacer. Cuando su mujer los cuestiona o simplemente les da su punto de vista contrario al suyo, lo perciben como una agresión.

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