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La niña líder en educación del barrio Nelson Mandela

La niña líder en educación del barrio Nelson Mandela


Katheryn Bolívar Batista está en undécimo, tiene 15 años y el discurso que ofreció hace unos días frente a centenares de personas en la Cumbre de Líderes por la Educación, que organiza la Revista Semana, dejó a muchos con una grata sensación.


Ella, menuda y risueña, de la Institución Educativa Mandela de Cartagena, es una de las jóvenes que espera aportar un grano de arena en la lucha contra la adicción a las drogas, los embarazos en adolescentes y las pandillas en su comunidad.

Ella, menuda y risueña, de la Institución Educativa Mandela de Cartagena, es una de las jóvenes que espera aportar un grano de arena en la lucha contra la adicción a las drogas, los embarazos en adolescentes y las pandillas en su comunidad.

Ella, menuda y risueña, de la Institución Educativa Mandela de Cartagena, es una de las jóvenes que espera aportar un grano de arena en la lucha contra la adicción a las drogas, los embarazos en adolescentes y las pandillas en su comunidad.

Antes de empezar la entrevista, parece estar un poco nerviosa, pero con el tiempo deja ver que pese a su edad es una joven centrada, con una gran habilidad para la oratoria y sobre todo agradecida con Dios (hace parte de una iglesia).

“Fue una súper oportunidad, teníamos que contar nuestra experiencia como líderes en nuestras instituciones. Estaba nerviosa pero supe que lo iba a hacer bien, me puse en las manos de Dios. Realmente estaba hablando de algo que yo había vivido y eso me hizo empoderarme. Noté que estaba rodeada de personas que están trabajando por la educación de nosotros y que muchos de nosotros no aprovechamos ese tipo de iniciativas.

“Es importante que nosotros, como jóvenes, le demos la importancia que merece nuestro proyecto de vida, porque nos ayuda a direccionar nuestro futuro. En el contexto donde vivo, las problemáticas que hay no dejan que los jóvenes tengan claro qué es lo que quieren. Entonces lo primero que les llega a la vida es lo que les parece lo mejor, y los vemos sumidos en la droga o las pandillas”.

Su profesora, Vanessa Zúñiga, es uno de los pilares de diversos programas que forman tanto a alumnos como a padres para que ayuden a que la educación sea integral, con el acompañamiento que necesitan niños y jóvenes. Y en esta parte de los padres Kathe concuerda, porque debido a su experiencia sabe que hay jóvenes que no tienen un norte y cuya familia no se preocupa por enfocarlos.

A la cumbre de Semana asistieron personalidades en materia educativa de toda Latinoamérica y, este año, de Canadá. Katheryn quizás no lo sabe, pero habló frente a personas como José Joaquín Brunner, exministro de Estado en Chile y experto en educación superior de América Latina, y Neil Boothby, exasesor especial del Gobierno de los EE. UU., coordinador principal del administrador de USAID sobre Niños en la adversidad.


“Después del discurso se me acercó el director de la Fundación Universitaria Colombo Internacional UniColombo, el doctor Mario Ramos, y me dijo que lo había hecho muy bien. Me sentí emocionada, no podía creerlo. También me regalaron una beca para estudiar la carrera que yo quisiera, no pensé que algo así me pudiera pasar”, dice Kathe.


“Debemos mejorar desde nosotros mismos. Cómo voy a liderar un grupo, por ejemplo, si yo misma no sé cómo llevar mi vida”, recalca.

Katheryn hizo parte de la Fundación Enseña por Colombia. También estuvo en programas como Jóvenes en paz, que ayudan a chicos con problemas, incluso mayores que ella, a que participen en actividades recreativas y de educación para tratar de crear consciencia en ellos sobre una mejor vida.

“La Institución Educativa Mandela trabajaba con una fundación que nos dotaba de material didáctico. Notaba, en parte, en los jóvenes en riesgo, un desinterés, pero este tipo de programas son necesarios, porque se puede rescatar a algunas personas. Es importante siempre recalcarles las habilidades que poseen, con eso se puede lograr un cambio”. Katheryn, una chica con sueños

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Tiene 3 hermanos y ha vivido siempre en el barrio Nelson Mandela. A su corta edad, y al igual que muchos niños de zonas vulnerables de Cartagena, ha crecido entre barreras que poco a poco y con ayuda de su familia y maestros, ha podido superar.

“No necesariamente porque vivimos en Mandela o estamos en ese contexto estamos limitados a ser como todas las personas que viven allí. Muchos de los jóvenes tienen en la cabeza que no pueden ser mejores que los demás, parece que pensaran que siempre deben vivir estancados, creo que es importante sentirnos seguros de nuestras habilidades. Tengo compañeras que han salido embarazadas. Si yo me hubiera dejado llevar por las circunstancias, muy posiblemente estaría embarazada también”, añade.

Su familia está compuesta por su madre, Katherine Batista Caballero, quien es ama de casa; su padre Miguel Bolívar Suárez y sus hermanos Juan Miguel y Jesús Bolívar, y Royner Batista.

“Vivo con mi mamá. Creo que mi mamá me dio una buena educación, siempre me decía que aunque ella no tuvo la oportunidad de finalizar sus estudios, yo sí puedo. No estamos en la mejor situación económica, pero mi madre siempre ha estado ahí para decirme que salga adelante y que soy una buena niña”.

Su padre, Miguel, la acompaña en la entrevista y cuenta que está muy orgulloso de su hija. De niña quería ser modelo y con el tiempo fue aprendiendo a desenvolverse ante sus mayores. En su colegio aprendió que era buena en expresión oral y, además, que podía liderar grupos, así que fue fortaleciéndose y gracias a esa habilidad, ahora se le abren las puertas a un mejor futuro.

Fuente: www.eluniversal.com
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