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Crónica de una trocha caminada

Crónica de una trocha caminada


Alfredo Molano puso en entredicho siempre, la versión oficial de la realidad y había quienes desde esa orilla de la comodidad, decían que todo lo que escribió Molano, fue fruto de la imaginación…


Por. Orlando Martínez Triana

Más que un artículo o un escrito obligatorio, este es el homenaje de un estudiante que en sus años de bachillerato, leyó “Los bombardeos de El pato” y ya estando en la misma universidad del autor, tuvo en sus manos “Los años del tropel” y “ Trochas y fusiles”.

Nada en sí, es prosaico o inútil, mucho menos falto de una historia que lo preceda o le haya dado vida… Ese era el oficio de Alfredo Molano Bravo… Ir hacia atrás, para alcanzar el nacimiento y la memoria de las cosas, de las canciones, de las personas, de los motivos… Sin embargo en la crónica de Molano, sí hay un lado del cual ponerse. El de la gente sencilla, la gente que la cultura dominante, ve como insignificante.

Molano puso en entredicho siempre, la versión oficial de la realidad y había quienes desde esa orilla de la comodidad, decían que todo lo que escribió Molano, fue fruto de la imaginación…

Si fuera así, la de Molano, es una imaginación Sembradora, esperanzadora, diferente a la dejada por los colonizadores, evangelizadores y políticos ladrones a los pueblos desposeídos.

La creatividad y la creación de los mundos posibles, siempre pasa primero por la mente marginada, antes de ser obra literaria, pintura, mural, película… “Ahí le dejamos su hijueputa casa pintada…” [i]

Molano fue ese personaje de la “Estrategia del caracol”, el de la culebra en el cuello, al que el  periodista pregunta ¿Para qué sirve la dignidad? Perderíamos el tiempo, buscando en la obra de  Molano, esa frontera entre esa “realidad” respaldada disque por los exhaustivos libros, fruto de la investigaciones en regla con las ciencias sociales… Y por ello, aceptados por la academia de historia y los relatos tal vez fantásticos… o no, de la desbordada, tal vez o febril necesidad de no callar lo que otros sí, que existió siempre en la mente de Alfredo Molano…  ¿No es acaso una locura delirante, una guerra diaria, que cobra víctimas muertas, torturadas y desplazadas, desde el inicio de la vida republicana de un pueblo?  [ii]

Para muchos, la narración de la barbarie colombiana , en las crónicas de Molano, causa escozor y vergüenza, negándose a aceptar que esa versión –contada desde la viuda o el huérfano-  es a la vez, un abominable error colectivo y una terrible verdad. Como que en ese primer momento irascible, en el que se toma la decisión de robar, maltratar, señalar, calumniar, matar… No se está consciente del dolor incalculable de un ser o una familia, que nada tuvieron que ver con una rabia de clase, soportan sobre su destino, de por sí, ya maltrecho. [iii]

El lenguaje de Molano, es el de la gente en la maloca, en el rancho de guadua y tapia pisada, el de la mujer en la ranchería, el de la familia en la rancha de tela asfáltica… Con ello, ahorran el susto y las pesadillas, quienes por una u otra razón, tienen que pisar los terrenos amenazantes del desarraigo, la violencia y la pobreza. Con la obra de Molano, se conoce un país y se escoge uno de dos caminos; comprar el plan de la agencia de turismo, con seguro contra la realidad. O caminar las trochas a lomo de mula, para encontrar el sabor de un pueblo en la taza desportillada del tinto, preparado con panela.


[i]  “Toda explicación es entendida como una apología y por tanto como una colaboración. He sido siempre consciente del costo de romper las imágenes oficiales. No me he escondido ni he dejado lo que debo hacer, pero a veces me ha tocado hacerlo desde el exterior” (Araujo, Vélez. Fernando. Citando a Alfredo molano Bravo. Para El Espectador. Artículo. “Palabras de Molano. Agosto 25 de 2019.)

[ii] “En La Habana no se van a resolver todos los problemas del país. Más allá de los acuerdos que se logren, lo que se requiere es una movilización general de los colombianos. Los acuerdos permitirán el fin del conflicto con las Farc, pero para que esos acuerdos se concreten, el país requiere una gran movilización ciudadana”. (Ospina, Yefferson. Citando frase de Alfredo Molano Bravo. Para diario El País de Cali. Artículo “Adios a Alfredo Molano; perfil de un periodista incansable”.)

[iii]  “En Tumaradó, Chocó, los paramilitares patrullan uniformados y armados. En Ataco, Tolima, se mueven hacia Planadas. En Meta y Casanare hacen retenes. Yo le creo a la gente que me cuenta, con detalles, la reorganización paramilitar en algunas zonas donde fueron fuertes. Escuchan a Uribe. Más aún, bajo la consigna de que los acuerdos de La Habana son impunidad disfrazada, lo que se transmite es que las Farc harán política armadas de fusiles. En Chocó, en el Magdalena Medio, en el sur de Tolima, en los Llanos, la gente ha sido envenenada con consignas de guerra. La historia se da una vez como tragedia y otra como comedia, escribió Marx. Se trata de una campaña que pone a temblar a la gente, que termina por creer como verdades mentiras mil veces repetidas”.  (Araujo, Vélez. Fernando. Citando a Alfredo Molano Bravo. Para El Espectador. Artículo. “Palabras de Molano. Agosto 25 de 2019.)

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