Capturaron a 23 militares, que serán presentados a un juez, entre los que hay 2 coroneles activos.
EL TIEMPO conoció en primicia detalles de la investigación adelantada por contrainteligencia del Ejército Nacional y que llevó a que la Fiscalía General capturara el miércoles a 15 militares, entre ellos dos coroneles y ocho militares en retiro.
De acuerdo con fuentes cercanas al proceso, esta red delinquía desde 2019 y su modus operandi básicamente se concentraba en hacer falsas incorporaciones de hombres para prestar su servicio militar, y quedarse con los pagos que cada ‘falso soldado’ recibía como salarios, alimentación y viáticos.
“Este es un grave problema de corrupción que se registra en algunas unidades del comando de Reclutamiento y Control Reservas del Ejército y algunas unidades territoriales”, aseguró una de las fuentes a este diario, que añadió que la red contaba con la complicidad de uniformados adscritos a la dirección de personal del Comando del Ejército.
La fuente, que resaltó que la investigación arrancó por la propia contrainteligencia del Ejército contra personas que se salían de sus funciones, también contó que esta red desfalcaba al Estado, en promedio, en 500 millones de pesos al mes, unos 6.000 millones de pesos al año.
Así funcionó el entramado corrupto
¿Cómo lo hacían? De acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, en las labores de indagación se estableció que había hombres “que aparecían en el sistema de Ejército como si estuvieran prestando el servicio militar” pero en realidad no lo estaban haciendo.
La primera pista la obtuvieron tras la denuncia de un ciudadano que vivía en Villavicencio, Meta, quien sufrió un accidente de tránsito y fue trasladado a una clínica. “Allí el joven no pudo recibir atención médica porque aparecía en el sistema de salud de las Fuerzas Militares”, dijo la fuente, ante esta situación el afectado presentó la denuncia.
En esa línea, y tras varios meses de investigación, las autoridades identificaron que las falsas incorporaciones se registraron en zonas lejanas, en los Batallones de Selva, en departamentos como Caquetá, Putumayo, Vichada, Vaupés, Amazonas.
Es así, como identificaron que los capturados, presuntamente, intervenían el proceso de incorporación de los hombres que prestan su servicio militar y cargaban al sistema «nombres que sacaban de páginas de internet, de la Registraduría y otras entidades con las que Ejército tiene convenios para meterlos en el sistema como si estuvieran prestando el servicio militar».
Así, los integrantes de la red desviaban los pagos que cada falso soldado o ‘brujos’, como los llamaban, recibía por salarios, bonificación, alimentación y viáticos. En promedio, por ‘brujo’ eran 800.000 pesos al mes.
De acuerdo con la investigación, al menos son 1.000 los falsos soldados o ‘brujos’ por incorporación. A lo que se suma los uniformes, botas y demás dotación que desviaban.
De hecho, está abierta otra investigación para establecer si la dotación llegaba al mercado negro o a los grupos al margen de la ley.
Se espera que este miércoles la Fiscalía avance con la legalización de capturas e imputación de cargos, entre ellos peculado por apropiación, peculado por uso, falsedad en documento público y concierto para delinquir.
Además, por ahora las fuentes recomiendan a los ciudadanos consultar sus datos en el Ejército, para verificar si sus números de cédula están cargados en el sistema como si estuvieran prestando el servicio militar.