Ansiedad y depresión en tiempos de pandemia
Estamos ante una momento muy complicado, con falta de información, cambios de estilo de vida y preocupaciones por el bienestar propios, lo de los más cercanos y de toda la población en general.
La crisis sanitaria de la pandemia del COVID19 ante la cual nos seguimos enfrentando sigue presentando mucha incertidumbre y malestar que aunque van cambiando de forma o intensidad, siguen estando muy presentes.
Seguimos estando ante una momento muy complicado, con falta de información, cambios de estilo de vida y preocupaciones por el bienestar propios, lo de los más cercanos y de toda la población en general.
Esto es así porque a pesar de que la crisis se ha generado por la presencia de un virus desconocido, éste ha provocado una crisis sanitaria, económica y social y también problemas psicológicos como la ansiedad y la depresión
Probablemente todos nos hemos tenido que enfrentar a una primera etapa de shock ante el drástico cambio producido que en muchas ocasiones ha supuesto un giro totalmente inesperado. Así al principio del confinamiento todos hemos tenido que adaptarnos mejor o peor a la nueva realidad.
Una vez prolongada esta en el tiempo, ya no presenta la misma novedad que al principio, por lo que hace disponible la aparición de otros factores personales, sociales y familiares hasta ese momento ocultos por la novedad de la situación.
Esta nueva etapa hace posible que aparezcan de nuevo viejos funcionamientos personales que o bien se habían escondido para enfrentarnos a la novedad, o bien habían aparecido con mucha intensidad y en la actualidad se siguen manteniendo. Las dos problemáticas que mas frecuentemente se dan incluso en la situación actual, siguen siendo LA ANSIEDAD y LA DEPRESIÓN.
Son dos problemáticas que se producen cuando tenemos que enfrentarnos a situaciones desconocidas y en parte negadas, como lo que ocurre hoy en día. Nadie sospechábamos que fuera posible tener que dar ese cambio tan radical en nuestras vidas y además acompañarlo con tanto miedo, incertidumbre, angustia, etc. Así que podemos decir que el Covid-19 ha alterado el estado de ánimo de todos y vamos a detenernos en los que más esta afectando por su estado de salud mental previo, como puede ser haber sufrido ansiedad o depresión. Son personas a las que las circunstancias actuales afectan con mas facilidad y de forma más grave.
La crisis del coronavirus ha provocado experiencias de angustia, nerviosismo y agitación muy elevadas. Ya es muy frecuente escuchar problemáticas como dificultad de concentración, irritabilidad, alteración del sueño, etc.
Personas que sufren de ansiedad (inadecuada gestión del miedo) y/o depresión (inadecuada gestión de la tristeza) sufren de mayor nivel de bloqueo que impide llevar su vida diaria. Ante la necesidad de gestionar un estado de incertidumbre casi continuo, el cuerpo experimenta reacciones emocionales que pueden ser ANSIEDAD por la incertidumbre o DEPRESIÓN ante la falta de adaptación que en general ambos aparecen ante el miedo a lo desconocido.
LA DEPRESION EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Veamos la DEPRESIÓN. Es frecuente que se confunda la sintomatología de la tristeza con el trastorno depresivo. La tristeza es un síntoma de la depresión, pero su aparición no significa necesariamente padecimiento del trastorno.
Ambos estados se dan cuando se vive algún tipo de pérdida (personal, material, funcional, etc), perdiendo además el sentido previo asignado tras la pérdida. Son estados que en muchas ocasiones las evitamos al vivirlos como negativos, y los evitamos porque son estados que nos hipoactivan, es decir nos aplanan e inmovilizan.
La depresión es un trastorno que se caracteriza por alteraciones en el humor, fatiga, disminución de la autoestima, inhibición y pensamientos negativos entre otros. Todo esto se traduce en una disminución significativa de la actividad normal y diaria.
A pesar de esto son estados necesarios (sobretodo la tristeza), ya que nos llaman la atención en valores y aspectos distintos. En este caso serían adaptativos si somos capaces de encontrarles sentido y que nos aporten mayor conocimiento sobre nosotros mismos. Por desgracia nadie nos enseña a gestionar estos estados, así es fácil perdernos en ellos, prolongarlos y prolongar el sufrimiento que les acompaña.
La depresión puede generar una discapacidad funcional y por este motivo recomendamos acudir a un profesional que sepa cómo acompañar y ayudar de forma adecuada al paciente que sufre de depresión según sus características personales. El profesional acompaña al paciente a encontrar el motivo de aparición y mantenimiento de ese estado y dota de herramientas y habilidades necesarias para la gestión adecuada y para la prevención de nuevas apariciones. La depresión también se puede dar como parte de un duelo mal gestionado, que por desgracia hoy en día es frecuente tener que enfrentarnos a algún tipo de pérdida importante para nosotros.
LA ANSIEDAD ANTE LA PANDEMIA DEL COVID -19
Respecto la ANSIEDAD, es un estado que todos hemos experimentado en multitud de ocasiones. Como siempre nos cuentan, la ansiedad no tiene porque ser mala porque aparece para protegernos, lo que pasa es que no siempre es así.
¿Cuántas veces has experimentado una ansiedad elevada que en vez de ayudar te ha paralizado y perjudicado?
Si esto ocurre en nuestra vida diaria, que pasa ahora con una crisis mundial por el coronavirus como la que estamos viviendo….que este estado empeora. Sentimos una impotencia muy grande ante muchas situaciones y una pérdida de identidad debido a los cambios personales, sociales y laborales a las que nos tenemos que enfrentar. Nos hemos visto obligados a un cambio de rol que a muchos nos abruma, provoca sentimientos de pánico y una visión de túnel sin final claro.
La ansiedad es una de las problemática más frecuentes que nos encontramos en consulta. Esto es así por el intento a enfrentarnos a un desafío como medida protectora pero de forma deficiente y exagerada. Es probable que el motivo que origina este estado sea abordable de una manera más funcional, pero no somos capaces de llevarlo a cabo.
Es un mecanismo de protección que nos moviliza para la acción, aunque en muchas situaciones no nos ayuda a gestionar la situación de forma adecuada. Con la crisis actual todos hemos pasado por algún estado de ansiedad más o menos elevado, es difícil no experimentarlo con todos los cambios que implica el Covid-19.
El problema viene cuando este estado de ansiedad se prolonga en el tiempo y hace que perdamos calidad de vida y dificulta la realización de nuestras labores y nuestro auto cuidado. En este caso es conveniente acudir a terapia para poder identificar formas disfuncionales de gestión personal y así poder aprender nuevos y más adaptativos.
La terapia pasa por identificar los tres vertientes que componen la ansiedad como son pensamientos que acompañan a este estado, emociones desagradables intensas y conductas perjudiciales. Gracias a la ayuda de un profesional el paciente aprende a escuchar su ansiedad y convertirla en algo productivo, volver a su propósito inicial.
