Si el crecimiento de la población es insostenible, ¿hay formas humanas de limitarlo?
1. Empoderar a las mujeres
Los estudios muestran que las mujeres con acceso a servicios de salud reproductiva encuentran más fácil salir de la pobreza, mientras que las que trabajan tienen más probabilidades de usar métodos anticonceptivos.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas tiene como objetivo abordar ambos problemas a la vez, ejecutando proyectos de microcrédito para convertir a las mujeres jóvenes en defensoras de la salud reproductiva.
2. Promover la planificación familiar.
Simplemente educar a hombres y mujeres sobre la anticoncepción puede tener un gran impacto. Cuando Irán introdujo un programa nacional de planificación familiar en 1989, su tasa de fertilidad cayó de 5.6 nacimientos por mujer a 2.6 en una década. Un esfuerzo similar en Ruanda vio un triple aumento en el uso de anticonceptivos en solo cinco años.
3. Haz que la educación sea entretenida.
El Population Media Center con sede en EE. UU es muy creativo para llegar a las mujeres. Sus 500 telenovelas, que cuentan historias culturalmente específicas sobre temas reproductivos, han sido escuchadasc hasta por 500 millones de personas en 50 países. En Etiopía, el 63 por ciento de las mujeres que buscan servicios de salud reproductiva informaron haber sintonizado los programas.
4. Incentivos gubernamentales.
Las personas de la organización benéfica del Reino Unido, Population Matters, creen que debería haber un alto funcionario del gobierno responsable de abordar los problemas relacionados con la población.
Instan a los gobiernos a promover la «paternidad responsable» y dicen que los subsidios deberían limitarse a los primeros dos niños a menos que la familia viva en la pobreza.
5. Legislación del hijo único.
Durante la polémica política china de un solo hijo, la fertilidad cayó de seis nacimientos por mujer en la década de 1960 a 1.5 en 2014. Sin embargo, Amnistía Internacional informa que la política condujo a abortos y esterilizaciones forzados o forzados.
También interrumpió las estructuras de apoyo tradicionales para las personas mayores y condujo a un desequilibrio de género.